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El stress laboral es un mal que afecta seriamente a muchas organizaciones
en la actualidad. Lo padecen sus integrantes, pero sus consecuencias
suelen impactar directamente sobre los resultados económicos de
una compañía.
El principal problema es que no siempre se identifica a este mal
con claridad, a menudo se lo confunde con otros malestares y, por
lo tanto, se demora en encontrar la solución. Dos especialistas
en el tema, las psicólogas Marcela Dal Verme y Sarina Borchex, directoras
de Gea Psicología para Empresas, quienes fueron responsables de
encarar un estudio sobre el stress laboral en el Poder Judicial
y que el mes pasado abordaron el tema en el seminario de Comunicación
Interna organizado por IDEA, comentan las características de esta
enfermedad, las formas de detectarla y prevenirla.
Uno de los principales enemigos de la salud de los seres humanos,
en la actualidad, no se encuentra tanto entre las epidemias como
en sus propios hábitos y comportamientos. Borchex, precisamente,
identifica como orígenes del llamado stress laboral, las que ella
denomina "formas vida insanas" y advierte que, en la actualidad,
los sistemas laborales y sus instituciones se han deshumanizado,
perdiendo de vista el objetivo de su razón de ser: el hombre y su
bienestar. En su opinión, el establecimiento de estrategias destinadas
a hacer frente a los diversos aspectos de la salud laboral en su
conjunto, se revela como algo imprescindible para mejorar la calidad
de vida de las personas.
Dal Verme, por su parte, citando a un estudioso del tema, A. Orlandini,
dice: "Tan subestimadas como cuantiosas suelen ser las pérdidas
que el stress causa a la economía de una sociedad. Independientemente
de preguntarnos por qué todos hablamos de stress pero nadie toma
medidas con respecto a esto ni desde lo individual ni desde lo laboral,
cualquier acción que propongamos como solución tendría que ver con
la prevención del stress. El stress es una enfermedad instalada,
pero hay actividades de prevención, sobre todo en lo que se refiere
al ámbito laboral, que son absolutamente imprescindibles para no
llegar al extremo de tener que curar la enfermedad".
Ambas profesionales recuerdan que la Organización Mundial de la
Salud mencionó que la enfermedad del milenio, privilegiada y más
expandida, iba a ser la depresión, algo que está muy relacionado
con el stress. "Y así como pensamos que el stress es inevitable
para la vida y que nos acompaña desde siempre, también es importante
lograr un nivel deseable y adecuado de stress, como para poder vivir
ecológicamente, es decir, lograr un equilibrio. Yo siempre menciono
un ejemplo: el stress es como una cuerda de violín, si está demasiado
floja (una vida sin nada de stress) no emite ningún sonido; una
cuerda demasiado tensa (una vida muy estresada) corre el riesgo
de quebrarse. En cambio, una cuerda bien estirada puede llegar a
emitir sonidos maravillosos", argumenta Borchex.
¿Qué es el stress?
Dal Verme comenta que originalmente fue llamado Síndrome General
de Adaptación, pero desde hace aproximadamente cincuenta años la
denominación stress define el impacto que un exceso de estímulo
interno o externo produce en la persona integralmente, al que responde
la totalidad del organismo. Se trata de una situación que el aparato
psíquico no puede absorber, que se registra como malestar y pone
en acción una respuesta defensiva para intentar adaptarse, pero
no lo logra. Y es entonces cuando aparecen los síntomas.
Ambas profesionales coinciden en que un paso previo al stress es
el Síndrome de Fatiga Crónica, que puede ser provocado por diversos
factores. Dal Verme explica que una de esas causas puede ser un
inadecuado manejo del tiempo. "Tomar al tiempo como aliado y ordenador,
sería una forma de evitar el stress, mientras que tomarlo como tirano
y exigente es una forma de provocarlo", advierte. Otro elemento
que contribuye al desarrollo de este malestar es la tecnología y
su utilización como recurso aliado o como recurso enloquecedor.
Y aclara que cuando habla de tecnología se refiere tanto a la máquina
como a la PC, es decir, desde lo más simple hasta lo más complejo.
Un factor que lamentablemente hoy en día está muy de moda es la
inestabilidad laboral, a veces ocasionada por la reingeniería que
encaran muchas empresas, que abarca desde la reubicación de personas
en diferentes sectores o países hasta los movimientos laborales
en grandes traslados. Junto a esto están también las desvinculaciones.
"Además del cambio de cultura laboral -apunta Dal Verme- impactan
en la gente las fusiones, los desarraigos, la sobreexigencia de
excelencia y, uno de los últimos factores que han aparecido: el
teletrabajo. El teletrabajo produce tensión por el aislamiento de
quedarse en casa, en lugar de la red social que existe cuando se
va a trabajar".
¿Cómo reconoce una persona si está estresada o, al menos, si tiene
síntomas de los que llaman Síndrome de Fatiga Crónica? Borchex explica
que el SFC se manifiesta con distintos síntomas que, agrupados de
diferentes maneras, brindan la posibilidad de detectarlo: escalofríos,
estremecimientos, fiebre, anginas, estados de disfonía, ganglios
inflamados, dolor o debilidad muscular, fatiga extrema, jaquecas,
dolores articulares, síntomas psicofísicos (pérdida de memoria,
confusión perturbaciones visuales), trastornos del sueño o adicciones.
"En caso de que cuatro o cinco de estos síntomas aparezcan agrupados
y que el padecimiento dure alrededor de seis meses, es decir, que
no ocurra en forma episódica, se estará frente a un Síndrome de
Fatiga Crónico ya instalado", advierte.
Borchex aclara que el SFC es un precedente del stress. "En términos
de medición cuantitativa, uno lo podría tomar también como un estado
de stress por agotamiento, pero no en grado máximo en virtud de
los síntomas mencionados. Porque cuando el stress está instalado,
los síntomas son de compromiso máximo: cardiopatías, hipertensión,
accidentes cerebro vasculares, problemas severos de piel que no
tienen posibilidad de remisión a pesar de los tratamientos, el ataque
de pánico, fobias, etcétera".
Dal Verme y Borchex coinciden en que la única forma de evitar el
stress es a través de la prevención. Específicamente, en lo que
se refiere al stress laboral aconsejan que, después de un diagnóstico
situacional, "realizar capacitación a través de jornadas y talleres
de entrenamiento, que llamamos coping style y se refiere al modo
en que un individuo se organiza para enfrentar las tensiones", indican.
Ambas profesionales dicen que otra de las acciones a encarar consiste
en la creación de lo llaman RAS (Red de Agentes de Salud), que definen
como aliados estratégicos del área de Recursos Humanos de una organización,
que actúan detectando conflictos y promoviendo salud. Esta red se
conforma con empleados, designados por sus propios pares o con personajes
reconocidos y respetables, que tienen condiciones para poder escuchar
y que son perceptivos. Ellos van a tener que estar alertas, para
detectar las situaciones conflictivas y llevarlas a Recursos Humanos
para su resolución.
En este andamiaje de contención cobra relevancia la figura de los
Facilitadores Internos de Comunicación, que existen en algunas empresas,
que en general son personas que pueden comunicar bien en su sector
y, a la vez, captar las dificultades emotivas que puedan ir surgiendo
en el grupo. Hay que tener en cuenta que si los síntomas de esta
enfermedad son detectados precozmente, el individuo y la organización
se evitan costos que pueden llegar a ser cuantiosos.
¿Qué puede originar stress?
• El tiempo: como aliado y ordenador o como tirano y exigente.
• La tecnología: como recurso aliado o como recurso enloquecedor.
• La inestabilidad laboral: la llamada "reingeniería", los
traslados.
• Los cambios de cultura: fusiones, desarraigo por traslados,
anonimato corporativo, sobreexigencia de excelencia, teletrabajo.
¿Está usted "fundido"?
Cuando una persona entra en estado de "burn out" (fundido), manifiesta
síntomas mucho más severos que durante el SFC.
Esto, generalmente, se origina en la sobreexigencia de excelencia.
Se da especialmente en aquellos individuos con alto nivel de ideales
y en líderes con numerosos objetivos y que, a su vez, no admiten
sus propios límites. Los síntomas que revelan este estado son:
• Agotamiento psicológico.
• Estados de confusión.
• Alteraciones psicosomáticas de alto riesgo:
— Cardiopatías.
— Accidentes cerebro vasculares.
— Cuadros respiratorios agudos.
— Ataque de pánico.
— Enfermedades en la piel.
Síndrome de Fatiga Crónica
El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) es considerado un antecedente
muy cercano al stress y se manifiesta con la serie de trastornos
que aquí se enumera. Si alguno de estos síntomas, en vez de ser
episodios aislados, persisten por más de seis meses, se considera
que puede deberse a un SFC.
• Escalofríos, estremecimiento, fiebre intermitente.
• Padecimientos de garganta: anginas, disfonías.
• Inflamación de ganglios.
• Dolor o debilidad muscular.
• Fatiga extrema.
• Jaquecas.
• Dolores articulares (sin inflamación ni hinchazón).
• Síntomas psicofísicos: pérdida de memoria, confusión, perturbaciones
visuales.
• Trastornos del sueño.
• Adicciones.
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